Acá tres inolvidables del género a propósito del Día Mundial de la Poesía el 21 de marzo.
Con Homero, Quevedo o Baudelaire se han establecido nuevas formas de la lírica que debutan y a lo largo de los tiempos permanecen y transforman el alma de sus lectores. Acá tres inolvidables del género a propósito del Día Mundial de la Poesía el 21 de marzo.
Suenan timbres, de Luis Vidales, 1926
Esta obra persigue una actitud revolucionaria, así como expresiva y comunicativa. Su legado renace en la vitalidad del aforismo, de la concisión, tan cercana a la máxima y la sentencia. La belleza y claridad de su lenguaje han dejado la obra de Vidales como una de las más modernas de la poesía colombiana.
Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, 1940
Un joven andaluz que pisa Nueva York, gracias a la beca Guggenheim, se enamora en Harlem. La pobreza y la opulencia se convierten en su motivo desde el ojo de un cantor gitano. Lorca grita la discriminación y la injusticia de una ciudad industrializada y segregada a través de su geografía y su imponencia.
Aullido, de Allen Ginsberg, 1957
“He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura”, es el inicio de este poema épico que antes de ser publicado ya era famoso entre los asistentes a recitales entre Newark y Nueva York. Este poema sería uno de los icónicos de la generación beat por su belleza y visceralidad.